El cuerpo es la superficie y la profundidad donde se objetiva el color. A través de éste se expresan emociones, tristezas. Todo ello haciendo del cuerpo un “pergamino de pérdidas”, esencia de la última creación de la fotógrafa y artista visual colombiana Erika Diettes. Su obra se materializa tras intensas indagaciones y encuentros con personas que sufrieron la pérdida violenta de algún ser querido.
La colección Sudarios se compone de veinte retratos en seda de mujeres del Departamento de Antioquía que fueron forzadas a presenciar cómo torturaban y mataban a sus seres queridos. Las fotografías fueron tomadas mientras las propias mujeres relataban sus historias, transmitiendo los recuerdos que sus experiencias les evocaban en el mismo lugar de tales acontecimientos.
Bajo la alegoría del sudario como concepción artística, Erika Diettes pretende transmitir, por un lado, la agonía que encarnan los retratos; y por otro, el sentimiento espectral de las víctimas que velan los rostros.
Sumergidos en la obra de la artista colombiana, inevitablemente Erika Diettes consigue emocionarnos, involucrarnos en ese abismo de dolor que nos impide mantenernos ajenos a ese sufrimiento, haciéndonos pensar en la historia que hay detrás de cada fotografía.
Pero lo curioso no es sólo la obra del sí, sino el entorno en el que se presenta. La iglesia de San José en Madrid ha sido la encargada de acoger esta muestra de arte colombiano enmarcada en la Feria ARCO Colombia. Un entorno sacralizado en el que los Sudarios parecen levitar a diferentes alturas.
Imágenes atrapadas, que relatan su propia desgracia, sin palabras. Emociones encapsuladas que aparecen como fantasmas, desvelando en silencio sus más profundos sentimientos en blanco y negro, no sólo de la realidad, sino universalizando y adquiriendo para el espectador nuevos significados. En este sentido, no es el Sudario lo que atestigua el dolor, es el hecho de ver a la mujer rememorando los hechos y relatando su historia, haciéndola por un momento nuestra.
Con motivo de la Feria ARCO, esta muestra colombiana traspasa fronteras y llega a Madrid, elevándose hacia las alturas del interior de la Iglesia de San José, sumergiéndose en aquel paisaje sepulcral y emocionándonos en un entorno único y experiencial.
Fuentes: Ileana Diéguez y Virginia de la Cruz Lichet